Desde que recibimos el primer Reiju de Jikiden Reiki ya empezamos a transmitir Reiki a través de nuestras manos, pero también a través de la mirada. El aliento y todo el cuerpo, las manos son el instrumento externo de las capacidades espirituales de nuestra Alma/Corazón (Tamashi/Kokoro). Hay meridianos que unen el plexo energético del corazón con las palmas de las manos. Al recibir Reiju estamos en conexión de constante e ininterrumpida con el flujo de Reiki, que, para mí es la misma energía que llamamos espíritu/vida. Me gusta llamarle a Reiki, Luz del Alma, porque es la luz que nos guía en todo momento, la brújula de nuestra Consciencia y nos enseña, en todo momento, a nadar en el mar de la vida. Nuestras manos nos permiten dar y recibir.
El primer acto terapéutico es tocar el cuerpo dolorido. Las manos son el instrumento terapéutico para dar alivio, tocar, acariciar, abrazar el dolor y el sufrimiento. Es la proyección perfecta para ejercer el don de la compasión y la ayuda que alivia, suaviza y sana. En los seminarios de Jikiden Reiki enseñamos algunos ejercicios para desarrollar la sensibilidad del tacto de las manos para percibir el flujo de Reiki. Este se percibe de diferentes formas como calor, hormigueo, pulsación, latido (que no es el del corazón), frio, picor, pinchazos e incluso dolor.
El ejercicio llamado Hatsu Rei Ho es maravilloso para aumentar más nuestra consciencia de la percepción del flujo Reiki. Explicamos en los seminarios que partiendo de Gasho (las palmas juntas tocándose). Gasho es un simple gesto (mudra) que nos recuerda que en la aparente dualidad siempre está presente la unidad. Dos al unirse despiertan el poder del flujo de la vida; las vamos separando y sintiendo la corriente que fluye desde una palma de la mano a la otra. Vamos alejando un poco más una mano de otra y si tenemos la sensación de flujo de energía todavía las alejamos más y más. Si perdemos las sensaciones las acercamos de nuevo. Se recomienda ejercitarse durante 21 días después del seminario de Shoden, pero esto se puede extender a más tiempo, a hacerlo regularmente. Cuanto más se practica mejor percepción. El único secreto es ser persistente en la práctica constante.
El tacto es uno de los sentidos más finos que tenemos., y lo tenemos en toda la piel que es el órgano más grande que tenemos que nos rodea y protege, la frontera con el mundo exterior al cuerpo.
- Cuando te duches pon las manos recibiendo las gotas de agua y pon atención a la sensación que te produce. Si quieres, cierra los ojos y disfruta. Siente la misma sensación en todo el cuerpo.
- Cuando haya sol también pon las palmas recibiendo la luz solar, siente la temperatura del sol, disfrútalo.
- Desliza las palmas sobre diferentes tejidos de lana, seda, lino y siente la sensación.
La percepción sensorial nos lleva más allá de lo racional, material y sólido. El refinamiento de la percepción sensorial lleva a la percepción extrasensorial a conectar con la intuición, que como decía Edgar Mitchell, el sexto hombre en pisar la luna, no es el sexto sentido sino el primero. El tacto no da mucha información que si ponemos atención se transforma en imágenes, sentimientos y emociones para poder ayudar mejor y de manera efectiva en la acción iluminada de Reiki
Jos Gayá, Shihan de Jikiden Reiki
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